Fueron cuatro minutos de locos, frenéticos, a lo Boca. Un hecho detrás de otro: la insólita roja a Valdez, expulsado en dos de los tres partidos de Copa; una Bombonera en llamas insultando a la Conmebol, hasta con el retro “tomala vos, damela a mí, vamo’ a matar un referí”; y el desahogo por el gol de Marcelo Weigandt, el nuevo optimista del gol (venía de marcar ante Colo Colo), para hacer delirar a su gente y poner a su equipo 1-0 con diez. Así empezó a ganar el Xeneize. Así construyó otra victoria copera. Así, con el primer gol del Colo Barco en azul y oro (súper ovacionado), quedó primero en su grupo. Así, con el esperado grito de Vázquez tras diez meses de sequía (con doblete incluido), liquidó 4-0 al Monagas y espera ganador a su rival en octavos...
 
Lo primero, lo que cambió el partido, ocurrió entre los 35 y los 39 minutos del PT, un lapso bien corto, que recordó aquella ráfaga de furia contra Pareira, cuando la Bombonera también se venía abajo (pero contralos jugadores) y el equipo lo dio vuelta en diez minutos con goles de Advíncula y Pereira. Pues bien, así anda este Boca de Almirón, con el desfibrilador en la mano, inestable de toda inestabilidad, capaz de hacer estallar de bronca y de alegría a su gente de un momento a otro, de un partido a otro.
En definitiva, un Boca montaña rusa que convive entre el derrumbe en la Liga (tres sin ganar y 0-4 en Mendoza) y esta otra cara en la Copa, líder de su zona y tercer mejor primero en la general. Por todo, esta goleada ante el Managas valió más el primer lugar en el grupo. Fue reparadora.

La cuestión es que la roja tempranera a Valdez fue un punto de inflexión. Y uno que favoreció a Boca.Porque acaso, lo despertó. Porque de alguna forma, lo rebeló. Y así llegó el gol del Chelo, para corregir el trayecto de un tiro de Payero en su última gran participación como jugador de Boca (hoy se vence su préstamo).
Y luego, vino todo lo demás. El aluvión del segundo tiempo. Ahí, claro, ayudó que Monagas también se quedó enseguida con diez (roja a Arroyo), pero Boca aplastó a su rival, mostrando una versión contundente, superadora, plena.
Enese conexto, tuvo premio la movida táctica de Almirón. Como pasó en partidos anteriores con Weigandt y Advíncula, Fabra y Barco (anoche de extremo izquierdo) armaron una pared por izquierda y el Colo, de derecha, marcó el 2-0 que terminó de abrir el partido.
Ahí mismo, se desató la fiesta en la Bombonera. Lo tuvo Medina, lo tuvo otra vez Barco, Sandez estrelló un remate en el travesaño, hasta Rolón casi la mete de nueve. Boca goleaba sin golear, el equipo de Almirón se floreaba como nunca...
Hasta que Vázquez entró para cortar su sequía, metió un doblete y la Bombonera despidió a su equipo con aplausos. Atrás quedaron el 0-4 en Mendoza, el tirón de orejas de Román de madrugada y el sacudón de Almirón. Boca levantó la voz en la Copa. Lo necesitaba...