Central, en un partido difícil, le ganó 1 a 0 a Argentinos Juniors en el regreso de Miguel Russo

Ganar sobre todas las cosas es la ecuación de máxima en el fútbol. A veces es mejor hacerlo a través de un camino que te facilite las cosas, con ideas claras e intérpretes adecuados. Pero a este Central en formación, con una pretemporada express, le alcanzó la entrega y la picardía en el momento justo para vencer 1 a 0 a Argentinos en el debut de la Liga Profesional.
Los primeros minutos mostraron destellos de gestación de una sociedad interesante entre Alan Rodríguez e Ignacio Malcorra. El paraguayo bien pegado a la línea de cal descargaba en el ex Lanús y le picaba a la espalda con cierta similitud al juego desplegado por el ya ausente Lautaro Blanco. Coyote se erigió como un arma en ofensiva pero al ir tanto, en ocasiones quedaba pagando en el retroceso en la marca de los extremos del bicho. Un desborde de Nuss después de un anticipo defectuoso de Quintana y posterior centro venenoso al área chica que no pudo ser controlado en primera instancia, puso contra las cuerdas a Central y levantó suspiros de nerviosismo primero, seguidos de gestos de alivio cuando el peligro se disipó.
Argentinos dominaba en el inicio pero no lastimaba. Central lo corría de atrás y apostaba a pescar alguna pelota para salir disparado en ataque. Y así concretó. A los 18 minutos, Coyote Rodríguez trabó a Torrén en la salida y movió la redonda contra al área de Lanzillota. Cuando parecía que iba a sacar a relucir su impactante zurda, lo vio entrando solo a Candia por derecha y le puso la pelota en la cabeza, casi con un guante, el uruguayo la colocó de manera exquisita contra el ángulo izquierdo y se limpió la mufa acumulada para adelantar a Central 1 a 0.
La ventaja la pudo sostener Central sólo porque Argentinos no era claro con la pelota al pie. Pero el bicho hizo un surco por la izquierda de la defensa canalla y estuvo a tiro del empate. Comenzaron a apilarse situaciones en contra sumadas a infracciones cerca del área, totalmente innecesarias, que también fueron una invitación al empate visitante.
¿Virtudes para destacar del primer tiempo de Central? La efectividad. Llegó muy poco y facturó. Pero también generó que los hinchas se comieran las uñas en varios tramos. El desenlace del encuentro estaba entre signos de preguntas.
La línea de tres, que tuvo algunas tambaleadas en los 45 minutos iniciales, sumó (casi de forma obligada) un mayor aporte defensivo de Damián Martínez y Coyote Rodríguez. Russo retocó la pizarra e hizo que ambos retrocedieran algunos metros para auxiliar y acrecentar la seguridad en la zona baja. Asomaba imperioso un cambio.
Fue un cortometraje calcado al del primer tiempo. Argentinos hacía el desgaste, Central estaba pillo para salir de contraataque. Luca Martínez Dupuy, reemplazante de Oviedo, tuvo un mano a mano inmejorable para estirar la ventaja pero no llegó cómodo a definir y le ahogaron el grito.
El tramo final fue un martirio. Argentinos se le vino con todo en busca del empate. Tuvo que agigantar su figura Gaspar Servio, que tapó pelotas que terminaron siendo claves para la victoria de Central. Triunfo sufrido pero triunfo al fin. “Hay que acostumbrar a los jugadores a ganar”, dijo Russo en la conferencia de prensa previa al debut. No siempre importa el cómo. Y más cuando se vuelve de una pretemporada, con las piernas todavía duras, sin rodaje competitivo de alto nivel. Pero empezó con el pie derecho. Muy lejos de brillar, pero con mucho trabajo y dedicación. Los tres puntos se quedaron en Arroyito.
La Capital